Vivir en un antiguo hangar para aviones de techado de chapa, puede tener su encanto. Lo demuestra la casa del escocés Glenn Garriock, en Uetze, Baja Sajonia. Gracias a la instalación de un piso adicional y la construcción de una fachada de ladrillo, este hangar se convirtió en una moderna vivienda de dos pisos, luminosa y confortable.